sábado, 29 de diciembre de 2007

NIÑOS

José se levantó y tomó al niño y a su madre
Mt 2, 14

Casi siempre consideramos la infancia como la época más feliz de nuestra vida.Al menos eso es lo que los adultos imaginamos.
Es cierto que un niño parece siempre feliz por la gran capacidad que tiene de disfrutar de todo, por ese mundo interior de fantasía.
Pero no podemos olvidar que son muchos los niños que sufren, precisamente porque los adultos no sabemos o no queremos acercarnos a ellos y cuidar que sean felices.
Al niño se le manipula, se le golpea, se le obliga y se le manda callar. No se le escucha y muchas veces se le quiere obligar a que se comporte como un adulto, olvidando que es un niño.
Luego están los niños maltratados. Los que sobreviven como pueden en un mundo de adultos. Los no deseados y por lo tanto no queridos y considerados una carga, cuando un niño siempre es una bendición.
Hoy recordamos a María y José defendiendo a su niño de la violencia de Herodes en su huída a Egipto, y nos admiramos del amor de esa familia santa, al mismo tiempo que les pedimos nos ayuden a ser capaces de no perder nunca nuestro sentimiento de amor y ternura hacia nuestros niños.

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