miércoles, 30 de abril de 2008

HUMILDAD


Un anciano dijo:" La humildad no se irrita y no hace irritar a nadie"
Y también:" Prefiero ser vencido con humildad, que vencer con soberbia"

lunes, 28 de abril de 2008

sábado, 26 de abril de 2008

APOTEGMA



Abba Poimén dijo: "El principio de los males está en la distracción" (Alf, Poimén 4)

sábado, 12 de abril de 2008

EL PECADO COMO DEUDA




La invitación que recibe Jesús para comer en casa del fariseo, le da la oportunidad de encontrarse con dos personas muy diferentes, una que se cree justa y otra que se sabe pecadora. Quien se cree bueno, condena a la pecadora y duda de Jesús. La que se siente en deuda, le colma de atenciones sin importarle nada más.

Y Jesús responde con una parábola, cuyo significado es muy fácil de comprender: ama más quien se sabe más perdonado. El deudor al que se le ha saldado una deuda mayor, es el más agradecido.

En deuda con Dios estamos cuando pecamos, y en deuda con El quedamos cuando hemos sido perdonados. Si hemos pecado, debemos a Dios satisfacción y cuando somos perdonados, vivímos con El en deuda de amor.

El fariseo es figura de aquél que, por creerse bueno, desprecia a todo el que no es como él. La mujer, en cambio, es prototipo de todos los que son condenados por lo que hacen, por como viven o simplemente por ser diferentes. Ella se sabe deudora del perdón y eso es lo verdaderamente importante, porque ¿de qué va a ser perdonado quien no tiene de qué pedir perdón?

Sólo el que reconoce su deuda, conocerá la alegría de sentirse perdonado.

viernes, 4 de abril de 2008







No preferir absolutamente nada a Cristo. (Regla 72, 11)
Santa Regla de San Benito de Nursia (14 septiembre)
(pulsar icono)







jueves, 3 de abril de 2008

LA SEÑAL DE LA CRUZ




No nos avergoncemos, por tanto, de la Cruz de Cristo. Aunque muchos la esconden todavía, tú, hermano, persígnate abiertamente, en la frente, para que los demonios, viendo la señal real, huyan lejos con temor. Haz esta señal al comer y al beber, al acostarte y levantarte, al hablar y al caminar. En conclusión, hazla en cualquier lugar y ocasión.

Si habiendo sido crucificado y sepultado, hubiera permanecido en el sepulcro, tendríamos razón para avergonzarnos. Por lo tanto, como los hechos no han sido así, somos testigos fehacientes de su ascensión a los cielos, con la aclamación del Padre que decía: "Siéntate a mi derecha hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies".

san Cirilo de Jerusalén, catequesis IV, 14

miércoles, 2 de abril de 2008


La oración simple es el pan que fortifica a los principiantes. La oración acompañada de contemplación, el aceite que suaviza. La oración sin forma ni imagen, el vino perfumado que pone fuera de sí mismos a los que con él se embriagan.

Elías el Ecdicos.