
No hay cosa que más desee Dios que apiadase y socorrer. Está "impaciente" por poder hacerlo. Es el Amor mismo, el don de sí. Su vida es darse. Y el "síntoma" de que El está en nosotros, es que sepamos darnos sin medida a los demás.
Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad... el que anduviere en él, por torpe que sea, no se extraviará. Is.35,8
No hay comentarios:
Publicar un comentario