El mundo puede ser pacificado, porque el Padre ha resucitado a Jesús de entre los muertos y el Resucitado ha dado un aliento nuevo a aquellos que habrán de ser sus testigos. No todos, pues Tomás está ausente y no se deja convencer: "Si no tocare la señal de los clavos en sus manos y palpare su costado, no creeré".
En Tomás estamos reflejados un poco todos nosotros: quisieramos creer, pero pedimos comprobantes que nos den seguridad ¡Dichosos los que creen sin haber visto, quienes se fian de Él sin pruebas, quienes en Él confían sin tener todas las razones!
En Tomás estamos reflejados un poco todos nosotros: quisieramos creer, pero pedimos comprobantes que nos den seguridad ¡Dichosos los que creen sin haber visto, quienes se fian de Él sin pruebas, quienes en Él confían sin tener todas las razones!
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