UNA TRADUCION DE UN LIBRO ORTODOXO "LOS JOVENES ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA", ESCRITOR L. DUMITRU. Sobre el sufrimiento y sobre lo que realmente importa. El que aguanta las tribulaciones va a llegar conocer también alegrías, el que permanece en las cosas difíciles no le van a faltar las cosas agradables. (Evragio Pontico) A primera vista, parecería que la experiencia del sufrimiento toca selectivamente a la gente, entiendo, que nadie esta exonerado del sufrimiento, nadie lleva una vida sin preocupaciones. No todos "gritan" su propio sufrimiento y haríamos cualquier cosa , frente al sufrimiento del prójimo, somos subjetivos y no podemos dimensionar lo que siente el prójimo. El que trata de minimizar el sufrimiento del prójimo, a veces se arriesga a añadir sufrimiento a éste y el que consuela a el que esta sufriendo siempre muestra la bondad del alma. Aunque una buena palabra puede hacer milagros, hay sufrimientos frente a los cuales nos sentimos desarmados e incapaces de decir algo adecuado. Hay sufrimientos que sientes que no los puedes atenuar o consolar de ninguna manera, por ejemplo la perdida de alguien querido (Raquel lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada,porque perecieron, Mateo 2, 18).En la mayoría de los casos, anegados por las lágrimas de nuestro propio sufrimiento, no podemos ver el sufrimiento del nuestro prójimo, solo vemos el nuestro. Pensando, como Cioran [filosofo rumano] que el sufrimiento del mundo se concentra de una cierta forma en nuestro sufrimiento. El pensamiento, de que otros sufren más que nosotros no nos hace siempre bien. Hay sufrimientos frente a los cuales te quedas mudo y no hay otra solución mas que dejar al cuidado de Dios al caído, bajo su propia cruz. No es poco, por el contrario, es el camino adecuado cristiano, que tenemos que cumplir en cualquier momento, si tenemos amor, levantando los ojos hacia el Cielo. Aunque nuestros Padres han escrito tomos enteros sobre la problemática del sufrimiento, él sigue siendo, de todos modos, un gran misterio.Padre Teofil de la Sâmbata [monje rumano] confiesa que desde su juventud se ha preguntado para que sirve el sufrimiento y aún no ha encontrado una respuesta adecuada. La iglesia no quiere que la gente sufra. Durante la Divina Liturgia nosotros rezamos por "un cristiano fin de nuestra vida, sin dolor, sin remordimiento, pacífico y una buena respuesta ante el terrible Juicio de Cristo…" . La iglesia quiere que el pueblo creyente viva su vida en tranquilidad y paz, y cuanto sea posible, sin sufrimiento. Durante la Santa Liturgia nosotros rezamos también para los que conducen la Iglesia,para nuestro obispo para que Dios los "conserven en paz, salvos, dignos,sanos y que vivan muchos años". Después de hacer esta petición, para los que conducen la Iglesia, igual la hacemos para nosotros todos porque añadimos "Y de todos y de toda".La Iglesia no alienta el sufrimiento, pero nos enseña a soportarlo cuando lo encontramos, a aceptar nuestra parte de sufrimiento, recibirlo por nuestro propio bien, así nos enseña el padre Teofil. No desear nuestro sufrimiento,pero aceptarlo si esto ocurre. Y si sufrimos, que no sea en vano. Las palabras de la Escritura nos consuelan, El Señor nos asegura "el que va a aguantar hasta al final, se va a salvar" (Mateo 24, 13). Numerosas y variadas son las cosas que Dios deja que la gente aguante, pero su meta es la misma: por medio de la amargura curar las almas de pecados y de este modo prepararlos para la eterna salvación. Independientemente de lo difícil que algunas veces nos parezca, hay dos cosas que es bueno recordar: primero,que el mismo Padre Celestial establece la dimensión de nuestro sufrimiento;segundo: El conoce nuestra fuerzas para resistirlo.El Archimandrita Sofronio, fortalecido espiritualmente bajo a la guía de San Siluan, confesaba en una epístola para una señora que sufría en Ciprio,que siempre había sentido su alrededor unos estados de oposición, amenazas y obstáculos casi insuperables y que no había entendido el sentido de esas pruebas ni siquiera después de 75 años de monaquismo. El aprendiz del Santo finaliza con una afirmación terrible "Difícil es para nosotros culpar a Dios y disculparnos a nosotros mismos, pero igual, no es fácil hacerlo a la inversa,como los amigos de Job, que querían transformarse en defensores de la verdad de Dios, olvidando de los terribles sufrimientos que los había vivido Job.De este modo, se calla Dios, nos callamos nosotros también".Diles los ejemplos anteriores para que aquellos, dolidos de llevar la Cruz, encuentren un tipo de consolación, porque a veces les suena en los oídos muy duro:"Aguanta!". Es fácil decir "aguanta", más difícil es de vivir el dolor del otro.Diadoco de Fotice definía la paciencia: "la permanente perseverancia de ver con los ojos de la compresión El invisible como visible". En consecuencia,entendemos que tenemos una sola salida y salvación: Cristo El Señor. A El tenemos que buscar, El debe ser nuestra consolación, apoyo, alivio. Esta es la cosa realmente importante en la vida, especialmente cuando sentimos casi insoportable el peso de la Cruz, mucho más cuando los huracanes de todo tipo soplan sobre nosotros. No debemos pensar que son insoportables de llevar,que son absurdos e ilógicos. Si Dios los permite, entonces son buenos de soportar para nuestro bien, a pesar del hecho que en la conformidad con la percepción humana o de la perspectiva horizontal de la vida parecen irracionales.El nos aconseja frecuentemente superar la lógica humana…Durante la tormenta el Apóstol Pedro reconoce al Redentor y le dice:Señor, eres Tu? Manda que yo venga a Ti! Lo dice de todo el corazón! Ven!,le responde el Señor. Y el apóstol camina tranquilamente sobre las aguas agitadas del mar como si hubiera estado caminando sobre la tierra. Pero solo al dejar de mirar a Cristo para ver por donde caminaba y…..pensando lógicamente, que caminaba sobre las aguas y esto era imposible…. empezó a sumergirse. Y el Señor le dijo: -¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mateo 14,25- 31).El Señor siempre esta de nuestro lado! Para entender esto tenemos que dar el salto desde la creencia, hacia la confianza. Tenemos que caminar sobre las aguas echarnos en Sus brazos y no separarnos de Él, porque, así como el memorable Padre Galeriu, lo decía: "el problema fundamental no es, ni el sufrimiento, ni la muerte, si no, el estar separados de Dios, Él que venció tanto el sufrimiento como la muerte por medio de la Resurrección" .Dicen que la gente fue creada para ser feliz y que "la vida …es una alegría sin igual, no una valle de lagrimas y de humillación" (Dostoievsky) .Pero no vamos a olvidar también la condición. Somos unos desterrados,estamos viviendo fuera del paraíso donde el Señor nos creó y sufriremos y no tendremos tranquilidad hasta que volvamos hacia a Él: Porque aquí no tenemos una ciudad permanente, sino que buscamos la que ha de venir. (Hebreos 13:14)Enviado por: "cami . a "ortodoxia_chile@gruposyahoo.com"
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