domingo, 18 de noviembre de 2007

EFFATÁ

Son muchos los que no son capaces de establecer un diálogo con su Creador.
No saben escuchar a Dios ni tampoco hablarle.
Parecen "sordomudos" ante El.
Muchos no llegan a saber lo que puede ser esa experiencia de encuentro con Dios.
Pueden seguir ciertas prácticas religiosas, pero salen del templo sin haber entablado ese diálogo interior.
Incapaces de comunicarnos, ¿cómo escuchar la llamada de Jesús al sordomudo: "Abrete"? ¿cómo abrir nuestros oídos y nuestros labios para establecer ese diálogo con Dios?
Para hacerlo no hay que recorrer largos caminos.Bastará que nos detengamos, entremos en nuestro corazón y escuchemos.

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